Siempre hay una primera vez
Dan Santat
Sinopsis:
Un verano cambió su vida. Dan está acostumbrado a sentirse invisible. Las expectativas de Dan para todo en general no son muy altas, sobre todo después de que se metieran con él en clase. Tampoco está muy convencido de que se lo vaya a pasar bien en el viaje a Europa que va a hacer en verano.Pero a lo largo del viaje su mundo se abre de par en par y empieza a experimentar muchas primeras veces: su primera fondue, su primera visita a Londres e, incluso, su primer amor.Dan Santat nos sumerge en unas memorias divertidas, diferentes y llenas de alegría y sinceridad en las que ha sabido captar a la perfección la etapa de la adolescencia.
Querido diario:
¡Qué bonita esta novela gráfica! No me la imaginaba así, yo diría que puede gustar a un amplio abanico de edades porque yo la he disfrutado muchísimo, sin saber que era autobiográfica. Me ha traído recuerdos porque obviamente está ambientada en los ochenta, principios de los noventa, cuando todavía la tecnología de la telecomunicación no había hecho su entrada triunfal. Qué tiempos, echo de menos las cartas manuscritas, las de papel de toda la vida, que tenías que esperarlas con ansias, tenían un encanto particular que jamás lo va a igualar un e-mail.
Me he sentido muy identificada con el protagonista ya que en mi colegio me hacían bullying y cuando fui al viaje de estudios tuve que olvidarme de todo para poder disfrutar y al final lo acabé consiguiendo, la verdad es que se hacen amistades que recuerdas toda la vida, quizás han pasado ya treinta años y sigo recordando el bus, el hotel y las actividades de mi viaje de estudios, yo no recorrí Europa como los personajes de la novela pero fui a Port Aventura que para una niña de 12 años de los noventa era lo más.
La única pena que le tengo a estas novelas gráficas es que se terminan en seguida, les cojo mucho cariño a los personajes y siempre me pregunto cómo seguirán sus vidas, me ha encantado que a Dan le gustara dibujar los lugares por los que pasaba, estamos ya tan acostumbrados a hacer fotografías que nos hemos olvidado del placer de contemplar un monumento, una puesta de sol o una tarde de risas con los amigos. Hay que seguir disfrutando cada momento porque se pasan volando y los recuerdos se convierten en tesoros. ¡Por más historias como esta!
Mil gracias a la editorial Maeva Young por esta novela gráfica.
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