jueves, 17 de noviembre de 2016

Un monstruo viene a verme, la película

Título: Un monstruo viene a verme
Director: J.A. Bayona 


    Hacía mucho tiempo que no iba al cine, que no veía una buena película y que no reseñaba una historia que me gustase tanto.

    Ayer fue el quinto aniversario de la muerte de mi madre, quise hacer algo diferente a lo que hago día a día y fui al cine a ver esta triste pero hermosa película. 


    Ya os dejé mi reseña del libro aquí mismo hace muy poco, si queréis leerla previamente sólo tenéis que hacer click aquí. Y debo decir que me ha encantado, felicito a todas las personas que han trabajado en la película además de al director y al autor de la novela porque han conseguido un reflejo muy exacto de la historia. Es todo muy muy parecido a como me lo había imaginado. 

    Como yo ya había leído el libro sabía qué me iba a esperar y me ha sorprendido muy positivamente que, aunque en todo momento conocía la historia, no ha dejado de atraparme ni un sólo instante. De hecho, no tengo nada negativo que decir, sencillamente, no se me ocurre.

    Por supuesto es una historia muy triste y desgarradora pero adoro las historias tristes. Forman parte de la vida y me gusta disfrutar de cada momento, hasta de los tristes.


    Para mí ha sido especialmente duro, tanto leer el libro como ver la película. Y si lo he hecho voluntariamente, es porque a veces es necesario. Hay ocasiones en las que necesitamos atravesar momentos duros. Yo he pasado exactamente por lo mismo que pasó Conor y por lo mismo que estarán pasando muchas personas en este mismo momento. Y de alguna manera todos tenemos un monstruo que viene a vernos y ayudarnos, no a superar el mal trago, sino a adentrarnos en el dolor porque es la única forma que tenemos de terminar de atravesarlo y acabar finalmente superándolo. 

    Yo estuve en el mismo lugar del protagonista cuando tenía 28 años y no me puedo imaginar lo que debe suponer que te suceda lo mismo pero siendo mucho más joven. Aunque así es la vida. Imprevisible. 


    Me gusta pensar que el duelo ha ya pasado y me duele imaginar que tendré que volver a pasar por él, sólo que con más experiencia. Si te está sucediendo a ti, no te diré que te pongas guapa y salgas a divertirte o que dejes pasar el tiempo, que supuestamente lo cura todo. Lo que relamente cura, es lo que haces con ese tiempo. Así que, si hay algo que me hubiese gustado que me dijeran en mi momento más duro es lo siguiente: te va a doler, más incluso que ahora, y lo pasarás mal, pero pasará, llegará un momento en el que ya no duela tanto, más tarde a penas dolerá y por fin podrás decir que ha pasado, pero antes, tienes que meterte de lleno en lo que Jorge Bucay llama el Camino de las lágrimas, no queda más remedio. Tienes que hacerlo tú solo y nadie puede ayudarte pero lo más importante es que tú puedes.


   Y si yo he podido, que no soy extraordinaria, los demás también pueden, cualquiera puede. Sólo hay que dejar que el dolor llegue, como cuando viene a verte ese monstruo que, en el caso de Conor, era un gran árbol y en mi caso un agujero negro que tenía donde debería estar el corazón. Cada persona vive el duelo de manera única pero todas tenemos 5 cosas en común, lo que los expertos llaman las 5 etapas del duelo

    Para quien no lo conozca, son como grandes monstruos que se apoderan de ti y no puedes controlar, y pasas de una fase a otra, volviendo a la anterior, a veces una y otra vez, hasta que se termina, no es un camino en línea recta ni tiene una duración determinada. 


    Lo explicaré con el ejemplo de la película: una de las fases es la negación. Conor se niega a ver ni aceptar lo que está sucediendo, alentado por su madre que le dice siempre lo que quiere oír. Es lo más humano que existe. Otra de ellas es la ira, cuando Conor destroza cosas o intenta que le destrocen a sí mismo es esa ira contra la enfermedad, la situación y el futuro, es el miedo al cambio. La negociación es una etapa muy curiosa porque Conor intenta continuamente negociar con los tratamientos... si el próximo funciona, volveremos a casa... 

    Y mis preferidas: la etapa de depresión y de aceptación. Hay personas que le cogen especial cariño a una de las fases y en mi caso fue la depresión, que te impide moverte o desarrollar actividades de la vida diaria. Hasta que finalmente llega la aceptación, en la que actualmente me encuentro. Sabes que has llegado a ella cuando puedes hablar del familiar que se ha marchado sin llorar ni atragantarte, puedes ver fotografías e incluso te alegras de haber pasado tiempo con esa persona y te queda un recuerdo agradable. 

    Eso no significa que no quieras a esa persona, que no la eches de menos y que no querrías que estuviera a tu lado en cada momento. Por suerte, Conor es un niño ficticio. Por desgracia, existen tantos Conor en este injusto mundo que sólo me queda acabar con un consejo de los que no se dan ni aunque te los pidan: si tienes a tu lado algo que ames, un familiar, amigo, una pareja, un trabajo o incluso una mascota... ¡disfrútalo! a tú manera, pero disfrútalo porque a lo mejor es para siempre, o quizás no. 

    Y cuando ese monstruo venga a verte, lo sabrás. Te darás cuenta porque duele tanto que no te dejará ni respirar. Acompáñale, deja que te muestre el camino, llénate de rabia, de dolor, llora y grita. Te prometo que las lágrimas un día se terminan, que se acaban los gritos y el dolor se va. 


    Habrá quien no le haya gustado la película y lo respeto. Habrá personas que no la entiendan y los felicito, son afortunados. Y quizás haya ahí fuera alguien como yo, que he disfrutado de la película porque me ha recordado esos momentos por los que pasé y salí victoriosa. No le recomendaría a nadie pasarlo tan mal, pero me temo que no se puede elegir, lo que sí puedes elegir es disfrutar con la película y eso sí lo recomiendo. 

Ha sido un placer volver a sentir dolor ^^

4 comentarios:

  1. Tengo muchísimas ganas de ver esta película, aunque sé que lloraré y que lo pasaré muy mal porque es un dolor que yo también conozco. Una reseña preciosa.
    Besos

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    1. Lleva pañuelos y disfrútala mucho. Gracias por venir ^^

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  2. Hola.

    Oficialmente, me tienes llorando como una magdalena. Literalmente. Desbordando lágrimas. Lo que has escrito me ha llegado el corazón. Aqui llega, gracias por presentarte en mi blog, yo tenia que leer esto. Estaba destinada a leer esto.

    Me He quedado sin palabras, tocada con lo que has expresado, con el modo en que lo has expresado, porque te ha nacido desde la experiencia, el dolor, la fe, el corazón. Ya sabes que hay cosas que no se pueden expresar con palabras, y las tuyas han tenido una forma especial, y me han hecho llorar durante toda la entrada, por lo que decias, por todo tu corazón en todas esas palabras. Porque eres fuerte y valiente y has sobrevivido a lo peor en la vida, pues no imagino nada más mortal que perder a una madre.

    Celebraste su vida ayudando a Conor a afrontar de nuevo su camino, le diste la mano y le ayudaste a sentir el dolor, y a acercarse a algo que pueda llevarle en un futuro a la paz.

    Me gusta mucho la psicología de tus palabras.

    Yo también vi esta película, y también me enamoró. Yo no suelo ver historias tristes, pero esta debia verla, y con todo la amé. Mi madre también la vivió intensamente, y a mi padre no le gustó pues removió dolor en él.

    Esta película me dejó a flor de piel, no puedo contar cuanto lloré, de ese modo en el que parece que te dan hipidos y todo, para que puedas imaginarlo. Mi profe dice que ese monstruo es un psicólogo, es la mano de un amigo que intenta ayudarte a aceptar que el dolor viene pero que hay que caminar sobre él.

    Conor necesitaba el dolor físico para acallar el dolor emocional. Por suerte, ese dolor no gobernará su vida, gracias a que su madre, y los que le acompañan, y el mismo, le dejaron una buena enseñanza. Es una película llena de sentimientos. Desgarradora, pero esperanzadora, pues te hace sentir que ante el dolor nunca estaremos solos, por mucho que sintamos que nosotros también hemos muerto con ellos. Destino o no, un mes después yo también perdí a un ángel, fue la peor navidad de mi vida, y todavia hay dias que despierto entre lágrimas, a veces parece que ya estás bien y el dolor y la pérdida te atrapan. Así es la vida, supongo, una celebración y una añoranza.

    Siento mucho que tan joven tuvieras que pasar por una perdida tan dolorosa, también que fueras viendo como su vida se apagaba, pero la acompañaste en el camino y seguro que te amó más por eso, y que la diste felicidad, seguro. Quizás debería borrar este párrafo ¿no? Pero lo dejaré esperando que no lo tomes a mal. No he vivido esto, y nadie quiere por supuesto. No digas que no eres extraordinaria, todos lo somos de algun modo aunque a veces nos hundamos y sentamos que estamos rotos (o al menos yo). Después de todo, somos luz.

    Un abrazo.

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    1. ¡Me has emocionado muchísimo con tu comentario! solo tengo palabras de agradecimiento, porque feedbakcs como éste me hacen sentirme muy orgullosa de mi blog, del placer que siento por escribir y me animan a embarcarme en nuevos proyectos. Gracias por haberte dejado caer por aquí ¡qué falta me hacía! Un fuerte abrazo

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