Tinta invisible
Javier Peña
Sinopsis:
A medio camino entre en el ensayo y el memoir, una historia de amor y pérdida entre un padre y un hijo y los libros que les unen. Secretos y silencios, angustias y esperanzas de los grandes escritores. Una odisea emocional que sumerge al lector en una indagación sobre la creación literaria y el poder transformador de las historias. Los grandes escritores son los compañeros de este viaje emocional que habla de todos nosotros: Kafka, Toni Morrison, Margaret Atwood, Tolstói, Sontag, Saramago, Dickens y muchos más.
Querido diario:
Me compré este libro por el Club de lectura de Casa del Libro, además, en esta ocasión contaban con la presencia del autor. Se trata de un conjunto de relatos anecdóticos de la vida de diferentes autores, la mayoría de siglos atrás. Yo no estoy acostumbrada a leer no ficción, no suelo leer las biografías y he dicho muy a menudo que a mí lo que me gusta de leer son los libros y sus historias de ficción y que no me interesa si la autora vive en Madrid con su maridos, sus dos hijos, tres gatos y le gusta el café. Pues, lo curioso es que el libro va precisamente de eso. La única parte de los libros que no me gusta leer que es la biografía de los autores, es como si las hubieran reunido todas en un libro y encima me lo he tenido que leer en tres días porque no fui previsora. Bueno, por lo menos me lo llevé firmado.
Una vez en el club me he enterado de que tienen un grupo de WhatsApp y me han invitado, por lo cual me siento muy agradecida pero como crítica constructiva yo pondría esta información por algún sitio ya que yo no sabía nada hasta que llegué allí. Una vez más y para no variar soy la última en enterarse se algo.
El encuentro en sí ha ido muy bien, todo el mundo ha salido muy satisfecho y le hemos dado las gracias a Blanca, la coordinadora, a quien reitero mi agradecimiento.
Por mi parte... me siento un tanto decepcionada porque estoy escribiendo esto en un blog de reseñas al que le he dedicado horas y horas para que un autor como Javier Peña diga en voz alta que no lee las reseñas, ni siquiera los halagos porque según él no es capaz de aceptar las críticas. Pues menudo escupitajo me he llevado hoy en la cara. No sé, llamadme rara pero yo nunca mordería la mano que me da de comer, igualmente ha dicho que no le gusta hablar con los lectores, que durante las presentaciones habla con todo el mundo pero que no nos extrañemos si al salir no nos dirige la palabra. En fin, qué más da, si estoy lo va a leer, porque los lectores, los que pagamos por sus libros, no le importamos. Estoy francamente molesta, creo que ese exceso de sinceridad no aporta nada y a mí me ha hecho sentir incómoda y ahora no me apetece absolutamente nada estar escribiendo esto sabiendo que me he gastado 22€ en el libro.
Pero eso no ha sido todo. Ha puesto a parir a su editor, el de Blackiebooks. Yo daría todo lo que tengo por conseguir que Blackiebooks me publique una sola novela. Y este desagradecido no ha parado de quejarse. Bajo mi opinión, si no te gustan los lectores, no te gustan los halagos, no te gustan las modificaciones que te sugiere tu editor... No deberías publicar ni intentar vender libros, autopublica con Amazon y luego ignoras las reseñas.
Me ha dado mucha pena porque me cuesta mucho ganar dinero y poder costearme mis lecturas, por eso casi siempre leo libros de segunda mano, en formato bolsillo o de la biblioteca, para mí comprar un libro nuevo supone un esfuerzo y me encuentro con que el autor desprecia el esfuerzo y además se burla de que luego aparezca su libro en Wallapop. Pues gracias a eso he podido yo acceder a muchos libros. Alucino con la soberbia pero más he alucinado con que todos los demás lectores le hayan reído los chistes y se hayan sentido tan a gusto. Obviamente, les ha encantado el libro. A mí me gustaba el título y resulta que no tiene nada que ver con el interior y además al autor ni le gusta. Ha sido todo demasiado surrealista.
Me sentiría satisfecha si al menos el libro invitara a leer o escribir pero ni una cosa ni la otra, habla fatal de todos los autores, los pone de egocéntricos, racistas, alcohólicos, machistas, desastres, desafortunados, desagradecidos y puedo hasta seguir. Si estás pensando en escribir mejor evita este libro porque te va a quitar las pocas ganas que tenías, habla de forma muy pesimista del mundo editorial. Y bueno, ni siquiera me ha parecido interesante la historia con su padre, que se supone que es el hilo conector de la obra, básicamente llevaban cuatro años sin hablar pero no te dice por qué y luego fue directamente a estar con él en sus últimos momentos, vaya, el típico hijo que nunca se encargó de todo y llega en el último momento para que no le quede el asunto pendiente. Mientras yo, que hace cinco meses enterré al maltratador de mi padre que nunca pasó por prisión y ni siquiera por un juzgado, eso sí tiene tela que cortar, pero eso lo contaré otro día.
Eso sí, al final del libro te incluye varias páginas repletas de bibliografía, por supuesto todos grandes clásicos de la literatura universal del siglo pasado o el anterior, mucho de no ficción, biografías y demás. Lo siento pero lo voy a decir: para mí las biografías de los autores son el Sálvame de los que llevan monóculo. Lo siento, no, no lo siento. No me interesa, a mí dame ficción, dame historias, déjame ilusionarme, dame imaginación, creatividad, déjame salir de esta vida durante un rato. Yo siempre lo he dicho, leo por placer, para disfrutar, porque me gusta, no para ser mejor o aprender nada en concreto, sencillamente leo porque me gusta y así seguirá siendo.
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