¡Esta semana
he leído "Los diarios de Nanny" y he visto "Diario de una niñera"!
Lo primero que nos llama la atención es el trabajo de marketing que ha sufrido el libro, le ponen a una chica guapa en la portada y dejan de vender la historia para vender a la actriz.
Comienza la película y comienza mi decepción. Le han cambiado el nombre a la protagonista, en el libro: Nanny, en la película: Annie ¿por qué? quien sabe. Luego modifican el argumento para que Nanny que adora a los niños y estudia una carrera relacionada con los mismos, pase a realizar este trabajo de casualidad, en la película.
La madre de la protagonista en la película recibe mentiras de Annie, que no le confiesa que trabaja de niñera, como si fuera el trabajo más deshonroso que se podría haber encontrado.
Y aquí me meto de lleno con los detalles que odio: Annie es una niñera interina y Nanny duerme en su piso, que comparte con una compañera y su gato (del que no queda ni rastro en la película).
El niño, Grayer, en la película es un niño pijo malcriado y caprichoso además de exigente y maleducado, que no tiene mucho que ver con el niño del libro que es dulce y está rogando que sus padres le presten atención. También ha cambiado el carácter de su padre, que en la película hasta llega a abrazar a su hijo cuando se supone que no se molesta en mirarle siquiera.
Los disfraces me son un tanto indiferentes, porque, claro, no iban a ponerle a la Escarlata americana el traje tan poco favorecedor de un teletubi sino que la visten con escotazo con la ezcusa del 4 de Julio y en otra ocasión enseña las bragas.
Pero lo peor sin duda son las invenciones, de las que solo nombraré una: el Señor X no se le insinúa a Nanny, más bien pasa de ella.
Y terminaré mi crítica negativa con mi impresión acerca de la protagonista: pasa de ser una chica inteligente, sarcástica y divertida con pasión por su trabajo, a ser una niña boba, indecisa y sumisa que nos parece hasta tonta pero, claro, tenía buenas tetas para venderle la película a más público.
¿Que si me ha gustado algo de la película? Sí, si no la comparo con el libro, es una hora y media entretenida, con momentos tristes y otros que pretenden ser graciosos aunque tampoco para doblarse de la risa. Y lo que me ha encantado es que mantengan los pequeños guiños a Mary Poppins, aunque se han quedado algo cortos en ese sentido.
Quizás lo que ha fallado es la elección de la actriz, o sencillamente que de haber elegido a alguien menos conocido, no habría vendido entradas. Sin embargo, sigo pensando que con el género chick-lit se pueden filmar largometrajes mucho más divertidos y adictivos sin necesidad que cambiar nada. ¡Señores directores, prúebenlo! Y animarán a las lectoras a acudir al cine, pero por el momento, mis queridos libros siguen ganando a la gran pantalla.